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Cartas entre Moscú y Lisboa

Grozny, Bakú, Benicàssim

Querido JR,
Reconozco que la última carta me causó grata sorpresa por inesperada. Me alegra saber que esos cuatro amigutes le han ganado por la mano al imperio del Nobel de la Paz una batalla tan simbólica como fútil.
Sus letras me cogen entrando en Chechenia, camino de Grozny, así que vamos a ponernos cómodos antes de nada con un poco de música. Me resisto a no llamarme viajero aunque la prosaica realidad no sea otra que verme de maletero llevando ripios esmaltados de un rincón a otro de este imperio extinto que puja -acaso con éxito por ahora- por redefinirse. Hoy pasaré por la Perspectiva Putin (Prospekt Putina) habrá quien piense si después de tanta barbarie, Beslán ,los del metro de Moscú, asesinato de Akhman Kadirov... esto no es hacer política con mayúsculas (verque venga Monsieur le Prèsident Hollande y lo vea.
Bajo la mirada un tanto retraída pero ya firme de un jovencísimo Vladimir Putin y la mirada admonitoria y paternal de Kadirov Padre, paseando por la Mezquita de Akhmad Kadirov que aquí llaman "Corazón de Chechenia" me comenta Alikhan que, "Alá sea loado", llevamos unos años de paz, aunque el pueblo checheno tiene por costumbre dar guerra a Rusia cada cincuenta años. "Por ahora tenemos cuarenta años más o menos tranquilos" me dice sonriendo sin estar muy convencido de sus palabras.  
Los chechenos son unas gentes duras como las piedras de las montañas, acostumbrados a echarse al monte y dar guerra mientras quede algo de aliento, gentes que han sufrido especialmente en sus carnes la venganza rusa y al padrecito Stalin. Llegados hasta aquí un poco de historia se impone en un blog como este, la actual Rusia surgió a orillas del Dnieper

cuando unos vikingos se cruzaron con tribus locales y pensaron que cuatro meses al año sin congelarse son mejor que ninguno. Influida por los propios vikingos, el imperio Bizantino, los jázaros, las hordas orientales y por unas geografía y climatología siempre adversas. Si hacemos caso a la leyenda, en el año 987 d.C. el rey Vladimir I en su búsqueda de una religión que le ayudara a consolidar su poder y le permitiera unir tribus y pueblos tan dispersos se decantó finalmente por el cristianismo ortodoxo frente al Islam y al judaísmo. La razón, siempre según la leyenda, es que el Islam no permitía probar el alcohol y los judíos no dejaron entrar a los emisarios de Vladimir en Tierra Santa. Sin embargo fue Ivan Groznyi, el Temido sería una traducción más ajustada, el Terrible para la Historia, en en el siglo XVI quien le dio pleno sentido de imperio, inauguró la Rusia de los Zares e hizo de Rusia el estado más extenso del mundo. Al mismo tiempo, en España era Felipe II quien se encargaría de lo propio en pleno nacimiento de los estados-nación. 
Fue Stalin quien recogió el testigo de Ivan el Terrible, cuatrocientos años más tarde, después de una cruenta guerra civil que para salir del Antiguo Régimen se tiró de bruces al nuevo horror de las purgas y la represión. La muerte misma apenas si daba abasto con lo que tenían entre manos Koba el Temible y Hitler. Sólo pudo vencer al alemán amontonando cadáveres a las puertas de Berlín después de apelar al patriotismo más básico y ametrallar al que le daba por titubear.
La Unión Soviética duró setenta años hasta que sus propias contradicciones y nuevas luchas de poder internas, incruentas por una vez, terminaron por hacerla caer. Dando paso a los 90 de los que el bueno de Alexander Sergueyevich nunca les habló y en los que un paquete de cigarrillos a veces era el único consuelo.
Vladimir Vladimirovich lo que ha hecho en estos últimos quince años ha sido no sólo devolver el orgullo pisoteado a un pueblo orgulloso por naturaleza, además ha puesto a Rusia de nuevo en la cúspide de la influencia mundial tal y como aconsejaría hacer un sabio, es decir, conociendo su historia y aprendiendo de sus aciertos y errores. También ha aprovechado de manera inteligente y sin ningún tipo de escrúpulos la debilidad de Obama y la inevitable decadencia europea. No sólo eso, además se ha aliado con China inspirándose en el pacto Ribbentrop - Molotov para poder optimizar recursos en el oeste, ya se ocupará de China cuando llegue el momento. Está empeñado en sacar adelante dos guerras - las de Ucrania y Siria; o más en perspectiva la OTAN y el mundo árabe- sin desgaste, por ahora sólo ha obtenido beneficios siguiendo los consejos de Sun-Tzu. Esta es una de las cosas para mi más sorprendentes en toda esta fenomenal partida de ajedrez . El Arte de la Guerra es un libro que, en occidente, cualquier aspirante a tiburón de medio pelo o a delfín solícito ha comprado, supongo que también leído, y cuyos consejos están siendo aplicados sin demasiados tapujos por Rusia. ¡Con todo y con eso occidente se demuestra impotente para dar cualquier tipo de respuesta!. Algo parecido le pasa a mi Madrí  ante el Barça de Messi desde hace diez años. Sabes que te la va a hacer, incluso sabes cómo te la va a hacer pero sólo puedes asistir impotente a la gran derrota final.
Putin hoy destaca en todos los núcleos de poder geopolítico por eso habrá que reconocerle que ahora es primus inter pares. Presidentes de todo el mundo se mueven entre el temor y la  admiración. Su gran reto va a ser sobrevivir económicamente a esto pues no pocas voces advierten internamente del riesgo de colapso bancario, de la divisa y de numerosas regiones. Por ahora todo aguanta.
Lo más curioso es que está en camino de convertirse en icono pop. Tengo serias dudas de que sea la jugada más inteligente por su parte ya que parece claro que convertirse en icono pop conduce a la nadería posmodernista.  Como nos podría pasar a muchos, resistirse a la adulación, al pecado de soberbia, es muchas veces imposibe así que ahí anda, embutido en chándales de dos mil pavos, con Smithers de Primer Ministro, y cazando alimañas a pecho descubierto. Decía que tengo serias dudas puesto que es en la nadería y en la pocilga donde el Imperio Americano da su auténtica medida; donde se refleja la impotencia del resto del mundo para hacerle sombra; y donde, en definitiva, se gana la batalla por el control y la influencia en las masas. 
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Retomo estas líneas en el avión, camino de Baku. Últimamente no sé qué llevo peor, si los infinitos controles de seguridad en inhumanos aeropuertos o el olor de la comida que dan a bordo. Para no hacer esta carta excesivamente larga le emplazo a que me cuente cómo ve Vd. desde ultramar la amenaza que se cierne sobre nuestra decadente Europa. Personalmente me ha gustado el enfoque de Abdenour Bidar. La cuestión de lo sagrado (aquí en español)
Nous sommes tous confrontés à une immense question qui fait son grand retour au milieu du monde humain: la question du sacré.
http://www.lefigaro.fr/vox/societe/2015/11/19/31003-20151119ARTFIG00002-abdennour-bidar-les-musulmans-doivent-passer-a-la-responsabilite-de-l-autocritique.php
 
Temo que sea nuestra propia realidad la que siga sin querer confrontar la cuestión: en la época del reinado incontestable de la nadería desalmada apelar a la responsabilidad y a lo sagrado, cualquiera que sea lo que quiera que creamos, es una gota en la tormenta. Una paja mental que dirían en mi pueblo. 
Quizá en otra carta nos toque volver a Caína y su permanente desencanto. Póngame a los pies de sus mujeres.
Fuerza y gozo
Ps:
La música, como bien sabe, o es electrónica o nos vamos de los ’70 para atrás así que le dejo de un grupo ucraniano, Dakhabrakha, el Tonke Derevo

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